Alimentación Canina

Cómo aumentar la palatabilidad de los piensos

Cómo aumentar la palatabilidad en los piensos para perros

Una de las preocupaciones más habituales para los tutores de perros es la alimentación.

Buscamos una nutrición completa y equilibrada, pero a menudo nos enfrentamos a un desafío inesperado: nuestro perro rechaza el pienso.

Este problema, que puede generar frustración y dudas, tiene un nombre técnico: la palatabilidad.

Entender qué es la palatabilidad, qué factores influyen en ella y cómo podemos mejorarla es fundamental para garantizar que nuestro perro no solo coma, sino que disfrute de su comida y reciba todos los nutrientes que necesita.

Esta guía te ayudará a desvelar los secretos detrás de un pienso apetecible y a aplicar trucos efectivos para que la hora de la comida vuelva a ser un momento feliz.

Qué es la palatabilidad de un pienso

Qué es la palatabilidad

La palatabilidad es un término utilizado en nutrición animal para describir el grado de aceptación y preferencia que un animal muestra por un alimento.

Los tres pilares que definen la palatabilidad de un pienso son:

  • Aroma: Es el factor más importante para los perros. Su sentido del olfato es extraordinariamente superior al nuestro, por lo que el olor del pienso es la primera invitación (o rechazo) a comer.
  • Sabor: Una vez que el perro decide probar el alimento, el sabor, influenciado por los ingredientes como las proteínas y las grasas, determinará si continúa comiendo.
  • Textura: También conocida como «sensación en boca», la forma, el tamaño y la dureza de la croqueta influyen en la experiencia de masticación y, por tanto, en el disfrute del alimento.

En resumen, un pienso de alta palatabilidad es aquel que logra una combinación óptima de estos tres elementos para resultar irresistible.

Por qué es tan importante para la nutrición canina

La importancia de la palatabilidad es simple y directa: un pienso puede tener la mejor formulación nutricional del mundo, pero si el perro no se lo come, sus beneficios son nulos.

Una alta palatabilidad asegura una ingesta constante y adecuada, lo que es vital para mantener un peso corporal saludable y unos niveles de energía óptimos.

Esto cobra una importancia aún mayor en ciertas situaciones. Por ejemplo, en perros con apetito caprichoso, en perros senior, cuyo sentido del olfato y del gusto pueden estar disminuidos, o en animales convalecientes que necesitan recuperar fuerzas, un alimento muy apetecible puede marcar la diferencia.

Además, una experiencia positiva durante la comida fortalece el vínculo entre el perro y su tutor y contribuye a su bienestar emocional, evitando el estrés que puede generar un comedero lleno que es constantemente rechazado.

Qué factores afectan a la palatability de los piensos

Qué factores afectan a la palatability de los piensos

La palatabilidad de un pienso no es fruto del azar, sino el resultado de un cuidadoso proceso de selección de ingredientes y de fabricación. Los principales factores que influyen son:

La calidad de los ingredientes es el pilar fundamental. Las fuentes de proteína de alta calidad, como el pollo fresco, el salmón o el cordero.

Del mismo modo, el tipo y la calidad de las grasas utilizadas no solo aportan energía, sino que son un vehículo principal de sabor y aroma.

El proceso de fabricación también juega un papel crucial. Durante la extrusión, las croquetas se cocinan y se les da forma.

Posteriormente, muchas marcas aplican un recubrimiento externo de grasas o hidrolizados de proteína, que son proteínas descompuestas en partes más pequeñas.

Este recubrimiento se adhiere a la croqueta y se seca, sellando una capa extra de aroma y sabor que se libera en cuanto el perro empieza a comer.

Cómo medir la palatabilidad de un pienso

Aunque pueda parecer subjetivo, la industria de la nutrición animal utiliza métodos estandarizados para medir de forma objetiva la palatabilidad de un alimento.

El método más común es la prueba de los dos platos (two-bowl test). En un entorno controlado, a un panel de perros se les presentan simultáneamente dos comederos, cada uno con un pienso diferente.

Cómo medir la palatabilidad de un pienso

Los expertos miden dos variables: la primera elección (qué comedero eligen para empezar a comer) y la ratio de ingesta (la cantidad total que comen de cada pienso).

Esto permite comparar de forma directa la preferencia entre dos productos.

Otro método es la prueba de aceptación, donde se ofrece un único alimento y se mide si los perros lo consumen de forma voluntaria y en cantidad suficiente para cubrir sus necesidades energéticas diarias.

Estos estudios son la base para poder afirmar que un pienso tiene una «alta palatabilidad«.

Errores que reducen la palatabilidad

A veces, el problema no está en el pienso, sino en nuestros hábitos.

Existen ciertos errores comunes que pueden hacer que un alimento perfectamente palatable deje de ser atractivo para nuestro perro.

Uno de los más frecuentes es una mala conservación del pienso. Dejar la bolsa abierta o guardarla en un lugar húmedo y cálido provoca que las grasas se oxiden y se pongan rancias.

Esto no solo altera drásticamente el sabor y el aroma, sino que puede ser perjudicial para su salud.

Para conservar el pienso para que no pierda sabor, lo ideal es guardarlo en su propio envase, bien cerrado, dentro de un contenedor hermético y en un lugar fresco y seco.

Ofrecer comida de mesa o demasiados premios de forma habitual puede acostumbrar al perro a sabores mucho más intensos, haciendo que su pienso le parezca soso en comparación.

Esto puede ser una causa principal cuando un perro se ha cansado de su pienso.

Finalmente, si tu perro rechaza el pienso de forma repentina, es fundamental descartar un problema de salud.

El dolor dental, las molestias gastrointestinales u otras enfermedades pueden causar una pérdida de apetito. Una visita al veterinario es el primer paso antes de asumir que el problema es solo de gustos.